Desarrollar el bienestar mental en los niños: lo que los padres pueden hacer

Building Mental Wellness Kids - Father and daughter have a conversation while sitting on a swing

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Posted in: Grade School, Infants & Toddlers, Parenting Concerns, Pre-School, Teenagers

Topics: Child + Adolescent Development, En Español, Healthy Living, Relationships

Los padres son los verdaderos expertos cuando se trata de conocer a sus hijos, y a menudo son los primeros en notar cualquier cambio en el comportamiento de sus hijos:

Colin era un joven feliz. Tenía amigos, le iba bien en la escuela y se llevaba bien con sus hermanos y padres en casa. Pero en los últimos meses, su mamá notó que Colin parecía más distante. Estaba irritable, aislado y no parecía disfrutar de las cosas que solía amar, como el baloncesto, el dibujo o simplemente pasar el rato en la mesa de la cocina. Sus padres estaban preocupados, pero no sabían qué hacer.

¿Hicimos algo mal? ¿Pasó algo traumático? ¿Es este un problema de salud mental?

Muchos padres en esta situación se sienten perdidos. Pueden preocuparse solos o no saben cómo llegar al fondo del problema, si hay un problema. Este tipo de preguntas y miedos son realmente comunes.

Entonces, ¿qué pueden hacer los padres?

Resulta que una de cada cuatro personas experimentará una condición de salud mental en el transcurso de sus vidas. La mitad de estas afecciones comienzan antes de los 14 años, y el 75 por ciento antes de los 26 años. Esto significa que para tratar con éxito las afecciones de salud mental y prevenir resultados negativos de salud mental, debemos observar temprano el bienestar emocional general de nuestros hijos. Una de las formas en que los padres pueden ayudar a hacer esto es creando entornos que ayuden a nuestros hijos a crecer con resiliencia.

La resiliencia no es algo con lo que nacemos: la desarrollamos a través de la experiencia. Y con esta experiencia, los niños adquieren habilidades para evitar problemas como la depresión, la ansiedad y otros problemas emocionales, y lo que es más importante, para superar los problemas cuando surjan.

Los dos componentes clave de la resiliencia son el compromiso y la conciencia. El compromiso es cómo nos conectamos con los demás. Cuando los niños tienen una comunicación sincera y de confianza con los demás (padres, maestros, hermanos), pueden practicar el procesamiento de sus experiencias y descubrir nuevas formas de afrontamiento. La conciencia es nuestra capacidad de autorreflexión. Es una habilidad que pueden aprender los niños y padres que los apoyan. Si los niños pueden identificar cuándo se sienten mal, están un paso más cerca de poder pedir o buscar ayuda.

A continuación se presentan algunas técnicas que los padres pueden usar para fomentar la resiliencia en los niños e identificar temprano cualquier condición de salud mental. Muchos de estos pueden convertirse en parte de nuestra vida diaria natural.

Consejos para padres

  • Tener conversaciones temprano y con frecuencia. La mejor manera de fomentar el compromiso, aumentar la conciencia de sí mismo de su hijo y descubrir lo que está sucediendo con su hijo es tener conversaciones abiertas. Comenzar temprano. Desde la infancia hasta la adolescencia y la edad adulta, pregunte y hable sobre su estado de ánimo, intereses, comportamiento, amigos, luchas y éxitos. Si esto es visto como parte rutinario de su relación, a la larga dará sus frutos. Además, comparte tus propias experiencias. A los niños les encantan las historias sobre la familia y aprecian escuchar lo que usted pasó en la vida.
  • Observar cambios en el comportamiento. Los cambios preocupantes en el comportamiento de un niño pueden ser obvios, pero pueden ser sutiles. Los comportamientos que los padres pueden tener en cuenta son los cambios en el apetito; dormir; estado de ánimo (irritabilidad, berrinches, tristeza); relaciones con otros (amigos, hermanos, padres); aislamiento social; peor rendimiento académico; pérdida de interés en cosas que antes disfrutaba (deportes, música). Cualquiera de estos podría ser un signo de un estado de ánimo, ansiedad u otro trastorno psiquiátrico; experiencia traumática; problema de uso de sustancias; o problema de relación, como el acoso escolar.
  • Si nota cambios de comportamiento, pregunte. Esto es más fácil si ha comenzado conversaciones temprano. Pero si no, comience suavemente. No es necesario hacer pronunciamientos audaces como “realmente estás actuando de manera diferente”. En cambio, haga preguntas abiertas como, “¿Cómo van las cosas? ¿Qué hay de nuevo? ¿Algo está mal o te molesta? Este enfoque invita a una historia en lugar de una simple respuesta de sí o no. Tener paciencia. Puede tomar muchas conversaciones para aprender más sobre lo que está sucediendo. Pero si su hijo está abrumado por cualquier razón, presionar para averiguarlo todo de una vez puede ser contraproducente.
  • Una vez en conversación, sea más específico. Si su hijo comienza a abrirse y decir mas, ya sea por acoso cibernético, depresión o ansiedad, entonces puede comenzar a ser específico. No tenga miedo de preguntar sobre la naturaleza de las relaciones sociales o los sentimientos depresivos, o los detalles de la ansiedad o el pensamiento suicida. A menudo existe el mito de que preguntar sobre temas peligrosos como sentimientos de autolesión los causará. Esto está totalmente mal. La mayoría de los niños y adultos se sienten aliviados cuando alguien pregunta y quieren hablar sobre lo que está sucediendo.
  • Obtener consulta. A menudo es útil llamar a un consejero escolar, maestro, entrenador u otros padres que pasan tiempo con su hijo, para ver si notan las mismas cosas o si tienen alguna idea de lo que está sucediendo. Y recuerde, sí tiene inquietudes acerca de la salud emocional o conducta de su hijo, estas son tan importantes como las inquietudes de salud física que debe plantear al pediatra de su hijo.
  • Practicar el Autocuidado. Todos conocemos la línea en el avión: “En caso de una emergencia, póngase su propia máscara salva vidas antes de ayudar a otros”. Esto es realmente importante para los padres. No puede ayudar a su hijo a menos que se cuide. Esto podría significar encontrar formas de calmar sus propias ansiedades, miedos o depresión. El apoyo de otros, como un cónyuge, hermano, amigo o padre, puede ser realmente útil. Las mismas reglas de conversación con sus hijos también se aplican a los demás en su vida: cuando practicamos estas conversaciones, desarrollamos resiliencia en nosotros mismos y la modelamos para nuestros hijos.

Originalmente apareció una versión de esta publicación y fue escrita por el autor (Beresin) en el Blog Lifesaver de la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio (AFSP).

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Gene Beresin

Gene Beresin, Executive Director

Gene Beresin, MD, MA is executive director of The MGH Clay Center for Young Healthy Minds, and a staff child and adolescent psychiatrist at Massachusetts General Hospital. He is also...

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